Oporto, la segunda ciudad más grande de Portugal, es un destino que no deja indiferente a nadie. Con su arquitectura decadente pero encantadora, sus coloridas calles empedradas y su animado ambiente, Oporto tiene un magnetismo especial. Pero más allá de sus atractivos visuales, esta ciudad a orillas del río Duero conquista también por su exquisita gastronomía.
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Platos típicos de Oporto
El rey bacalao
La estrella indiscutible de la cocina portuense es el bacalao. Este pescado se prepara de cientos de formas diferentes, tantas que se dice que hay una receta para cada día del año. Desde el tradicional Bacalhau à Brás, donde el bacalao desmigado se mezcla con huevo revuelto y patatas paja, hasta el cremoso Bacalhau com Natas, gratinado al horno con bechamel y cubierto de patatas, las posibilidades son infinitas. Probar las diversas preparaciones de bacalao es casi una obligación al visitar Oporto.
Platos contundentes y reconfortantes
Pero el bacalao no es el único protagonista. Otro plato emblemático son las Tripas à Moda do Porto, un guiso contundente y reconfortante que da nombre a los habitantes de la ciudad, conocidos como «tripeiros». Este plato de origen humilde, nacido en la época de los grandes navegantes cuando la carne escaseaba, combina callos, alubias, embutidos variados y especias en una explosión de sabor. Acompañado de arroz al horno, es un must para los amantes de la comida casera y abundante.
Francesinha
Para los paladares más atrevidos, la famosa Francesinha es una experiencia culinaria única. Este sandwich, originario de Oporto en la década de 1950, desafía a los estómagos más resistentes con su combinación de pan tostado, diversos embutidos, queso fundido y una salsa picante a base de cerveza y tomate. Rematado con un huevo frito y acompañado de patatas fritas, es una bomba calórica que vale la pena probar al menos una vez en la vida. El Café Santiago (Rua de Passos Manuel, 226) es uno de los lugares más recomendados para degustar una auténtica Francesinha.
Pero no todo en Oporto son platos contundentes. Las sopas son una opción ligera y reconfortante, perfecta para abrir el apetito. La sopa do dia, elaborada con verduras frescas, es una elección económica y saludable que se encuentra en la mayoría de los restaurantes. Y para los amantes del marisco, el pulpo con salsa verde, fresco y bien aliñado, es una delicia que no hay que perderse.
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Dulces tentaciones
Los dulces son otro de los grandes atractivos gastronómicos de Oporto. Las pastelerías de la ciudad son un festín para la vista y el paladar, con escaparates repletos de tentaciones. El rey indiscutible es el pastel de nata, un hojaldre relleno de crema pastelera y espolvoreado con canela que se ha convertido en un icono de la repostería portuguesa. Encontrarás estas delicias en cada rincón, desde humildes cafeterías hasta elegantes salones de té como el Majestic Café (Rua Santa Catarina, 112).
Vinos de Oporto
Para acompañar toda esta oferta gastronómica, Oporto cuenta con una amplia selección de vinos. Los famosos vinos de Oporto, conocidos en todo el mundo por su dulzor y graduación alcohólica, son el complemento perfecto para los postres, quesos o simplemente como aperitivo. Una visita a las bodegas de Vila Nova de Gaia, al otro lado del río, es una experiencia enológica imprescindible.
Joyas gastronómicas escondidas
Pero más allá de los platos y productos estrella, lo que hace especial a la gastronomía de Oporto es la autenticidad de sus establecimientos. Desde mercados tradicionales como el Mercado de Bolhao, donde se pueden adquirir productos frescos y degustar vinos locales, hasta pequeños restaurantes familiares escondidos en callejuelas, la ciudad está repleta de joyas gastronómicas por descubrir.
Uno de estos tesoros es el Escondidinho do Barredo (Rua de São Sebastião, 34), un pequeño local sin cartel donde se sirve cocina casera de la de toda la vida. Con su ambiente acogedor, servicio familiar y platos como las croquetas de bacalao recién hechas o el pulpo a la parrilla, este restaurante es un ejemplo de la esencia culinaria de Oporto.
Para los amantes de lo sencillo y auténtico, Casa Guedes (Praça dos Poveiros, 130) es una parada obligatoria. Su bocadillo de pernil, elaborado con jugosa carne de cerdo a la brasa, es una institución en la ciudad. Acompañado de un caldo verde, una sopa tradicional de col, es una comida reconfortante y económica que no defraudará a nadie.
Pero Oporto también sabe adaptarse a los nuevos tiempos y tendencias. Locales como Brick apuestan por una cocina moderna, saludable y creativa, perfecta para los paladares más exigentes. Las excelentes críticas lo convierten en una visita obligada para futuros viajes.
Y para aquellos que buscan experiencias diferentes, el Cereal Porto Café (Rua de Mouzinho da Silveira, 74) es una opción divertida y original. Este local especializado en cereales ofrece cientos de combinaciones para un desayuno o merienda fuera de lo común. Ideal para los más pequeños o para los eternos niños, es una forma desenfadada de comenzar el día.
Consejos prácticos para el viajero gastronómico
Si planeas una escapada gastronómica a Oporto, ten en cuenta estos consejos:
- Los portugueses suelen almorzar entre las 12:00 y las 14:00, y cenar entre las 19:30 y las 22:00. Muchos restaurantes cierran entre el almuerzo y la cena.
- Algunas expresiones útiles en los restaurantes son: «Bom dia/Boa tarde» (Buenos días/Buenas tardes), «Obrigado/a» (Gracias), «A conta, por favor» (La cuenta, por favor).
- Dedica al menos un par de días a explorar la oferta gastronómica de la ciudad. Un día para los clásicos imprescindibles y otro para descubrir rincones menos conocidos.
En definitiva, Oporto es una ciudad que enamora por su gastronomía variada, auténtica y llena de sabor. Desde los platos más tradicionales hasta las propuestas más innovadoras, la oferta culinaria portuense satisfará a todo tipo de paladares. Dejarse seducir por sus aromas, texturas y sabores es una experiencia que quedará grabada en la memoria de cualquier viajero.
