De paseo por la Isla de Irlanda

Última actualización 17/05/2022

Con el clima y viento soplando a nuestro favor, Irlanda nos recibió en mayo por segunda vez.

Una de las cosas que nos atrajo e hizo regresar, además del entusiasmo por su música y baile, es la hospitalidad de su gente, la riquísima cerveza Guinness y sus increíbles paisajes. En esta ocasión visitamos la República de Irlanda e Irlanda del Norte.

Hay un sin fin de lugares con castillos centenarios y bosques encantados con sus respectivas leyendas de hadas y duendes que recorren estas tierras antiguamente habitadas por los celtas.

Muchos de nosotros, fanáticos de películas y series como Games of Thrones, Harry Potter, Stars Wars, Vikings, quedamos enloquecidos con las locaciones en las que fueron rodadas y gracias a ellas descubrimos sitios que parecen salidos de un cuento. Estos lugares son reales… y verlos en vivo y en directo es fantástico!!! 😛

Llegamos a Dublín en un vuelo directo de Ryanair desde Ámsterdam y nos quedamos cinco días en lo de nuestros queridos host de Airbnb Hans y Dee. En esta nueva aventura por la isla, por cuestiones de tiempo y practicidad, utilizamos los servicios de la empresa Tourist Office Dublin (que ya no existe más 🙁 ) para visitar Cliffs of Moher y Giant´s Causeway, entre otros.

Cliffs of Moher

Los Acantilados de Moher son una maravilla natural impresionante ubicados en el condado de Clare al oeste de la República de Irlanda cerca del pueblo de Liscannor. Nos tocó un hermoso y cálido día de sol con poco viento, algo fuera de lo común, pudiendo disfrutar a pleno cada momento en este mágico lugar que se extiende unos ocho kilómetros sobre la costa atlántica.

No voy a olvidar nunca el aire tan puro y fresco que se respiraba ahí. Además de recordar la escena de la película de Harry Potter and the Half-Blood Prince filmada exactamente ahí. ¡Fue todo un sueño!

La calma y la quietud del paisaje se interrumpe al encontrarte con estos imponentes acantilados que se pierden de a poco en la lejanía del horizonte en el azul del mar. El efecto y oleaje producido por las aguas al chocar contra estas gigantescas paredes de rocas es fabuloso.

Dicen que desde las tierras más altas, si está despejado, se pueden ver las Islas Aran, la Bahía de Galway y las montañas Maumturks de Connemar.

Dependiendo en que época del año lo visiten, durante el recorrido van a observar diferentes tipos de gaviotas, halcones, cuervos, cormoranes y hasta el famoso puffin, un ave característica de las aguas frías del océano atlántico norte. Estos acantilados son el hogar de más de 20 colonias de especies de aves marinas por esto su importante preservación.

Entre el verde (casi flúor) de la extensa pradera, se divisa la Torre O’Brien, un mirador panorámico de piedra ubicado a una altura de 214 metros marcando el punto más alto de los acantilados y desde donde la vista es asombrosa.

La visita concluye en el Visitors Centre donde hay información valiosísima sobre la historia, fauna y flora de la región así que dense una vuelta. También hay un restaurante para comer y tienda si desean llevarse algunos souveniers.

Es un lugar que invita a recorrerlo tranquilo, les recomiendo que se tomen el tiempo de contemplarlo y admirar semejante belleza natural que nos regala Irlanda. Estuvimos solo por dos horas pero vale quedarse aún más ♥

The Burren

En el condado de Clare nos encontramos con esta formación pedregosa llamada el Burren que ocupa una extensión de 300 kilómetros cuadrados, y una pequeña parte de este forma el parque nacional que lleva su nombre.

Es el área más grande de piedra caliza expuesta de esta magnitud y su paisaje del tipo lunar es simplemente cautivador, donde crece una gran variedad de vida vegetal como flores árticas, alpinas y mediterráneas.

Estuvimos muy poco tiempo así que solamente pudimos apreciar algunas vistas junto al océano pero la región de Burren en general está llena de una belleza singular, restos históricos y arqueológicos, tumbas y fósiles muy bien conservados.

Corcomroe Abbey

Al norte de Burren visitamos los restos de la abadía de Corcomroe, un monasterio cisterciense edificado en el siglo XII con piedras calizas de la zona. Cuenta la leyenda que el rey ejecutó a los cinco canteros luego de finalizar el trabajo, para evitar que construyeran otra igual.

Giant’s Causeway

La Calzada del Gigante se encuentra en el condado de Antrim, Irlanda del Norte y pertenece a Reino Unido. Está formada por más de 40.000 columnas de roca basáltica provenientes de lava volcánica que surgió del suelo y al estar en contacto con el agua del océano se produjo un enfriamiento rápido dando origen así a su forma hexagonal.

Al llegar al parque emprendimos la caminata hasta la zona de la calzada, es un trecho largo así que muchas personas mayores o con problemas de movilidad optan por tomarse un bus puesto especialmente para realizar este recorrido.

Cuesta creer que exista semejante lugar, con sus columnas escalonadas, apretadas unas con otras en diferentes alturas (algunas llegan a los 10 metros), formas y grosores asomándose sobre el océano. Qué locura ¿no? Ahora entiendo porque fue declarado Patrimonio de la Humanidad y Reserva Natural Nacional.

Caminar por estas rocas, subiendo y bajando, saltando de un lado a otro, salpicándote con el agua del mar y esquivando un poco la multitud de personas, lo hace una experiencia única y sumamente divertida.

Obviamente existen varias leyendas alrededor de esta formación. La más conocida es sobre un gigante llamado Finn McCool que tenía problemas con otro gigante Bennandoner de la isla Staffa, en Escocia, donde también se encuentran formaciones muy parecidas a la de esta calzada. Dicen que al arrojarse estas piedras el uno al otro, terminaron creando el camino de rocas entre las islas 😛

También hay un centro de visitantes muy moderno con todo lo que uno necesita saber sobre la zona con un pequeño museo, restaurante y negocios de regalos, al que no ingresamos por cuestiones de tiempo.

Carrick-a-Rede Rope Bridge

Es un puente colgante emplazado a unos 30 metros sobre el nivel del mar que une el continente con la isla de Carrick, ubicado en Ballintoy, condado de Antrim. Fue construido por pescadores de salmón hace unos 200 años con el fin de llegar a esas costas. Actualmente es un parque natural controlado por el National Trust visitado por miles de turistas al mes que como nosotros desean vivir esta experiencia.

Para ingresar se debe pagar un derecho de admisión. Una vez hecho esto comienza la caminata de un kilómetro aproximadamente en bajada por un sendero bien marcado. Hay miradores en los que es imprescindible detenerse para contemplar la espectacular vista de los acantilados, escuchar el sonido del mar, las aves o simplemente descansar un poco para cobrar fuerzas y continuar la caminata.

En el punto de ingreso al puente colgante tuvimos que hacer fila, por lo que hay que ser pacientes. Por precaución, solo pueden cruzar ocho personas a la vez, y si tienen suerte y no hay viento 10, tanto a la ida como a la vuelta.

Cuando nos tocó el turno, entregamos las entradas al guardaparques y ya estábamos listos para cruzar!!! :O Apenas puse un pie en el puente la adrenalina se apoderó de mi, sentí una extraña sensación que creo fue algo de vértigo por la altura y el movimiento por el viento, pero no hay que temer porque es muy seguro.  Ya el segundo cruce lo hice más confiada y con más soltura así que lo disfrute mucho más. El paisaje que lo rodea es precioso.

The Dark Hedges

Es una zona muy particular de la ruta Bregagh en Antrim, donde una parte del camino está rodeado de árboles de hayas. Es genial como las ramas de los árboles de un lado se entrelazan con las del otro generando la sensación de estar dentro de un magnífico túnel.

Fueron plantados por la ilustre familia Stuart en el siglo XVIII con el fin de impresionar a sus visitantes al acercarse a la entrada de su mansión y lo consiguieron a la perfección. Sirvió como fuente de inspiración del escritor Edgar Allan Poe y también fue locación de filmación para «The Kingsroad«, segundo capítulo de la serie Games of Thrones.

Dunluce Castle

Se dice que este castillo medieval en ruinas fue la inspiración de C. S. Lewis para Las Crónicas de Narnia. El mismo está construido al borde de un afloramiento de basalto que es accesible gracias a un puente que lo conecta con la isla.

Belfast

Recorrimos Belfast por un par de horas, pero nos pareció una ciudad muy animada, ordenada y limpia. Lo primero que vimos al llegar fue el City Hall que por su parecido me transportó a Berlín y su bonita catedral.

Luego caminamos por Donegall Place, una de las calles principales del centro donde se ubican la mayoría de las grandes tiendas de ropa. Adentrándonos un poco más nos tomó por sorpresa la gran cantidad de graffitis y murales en los edificios, playas de estacionamientos y negocios. Más tarde nos enteramos que la ciudad se caracteriza por estas expresiones de arte donde ponen en manifiesto los problemas políticos y sociales del presente y pasado.

Espero que les haya gustado este pequeño paseo por la isla de Irlanda, y haberles expresado lo bien que lo pasamos descubriendola.

¿Conoces este destino? Cualquier comentario que tengas, recomendaciones o consultas son bienvenidos!