Cuando viajamos tratamos de utilizar siempre que se pueda el transporte público para no gastar demás moviéndonos en la ciudad, pero en algunos casos particulares a veces se hace necesario utilizar taxis o servicios de traslados similares.
Como no conducimos, alquilar un auto queda siempre fuera de las opciones, y en muchas ciudades a veces no se justifica o es hasta incómodo.